El Santo Grial está en España

 Indiana Jones podía haberse ahorrado todas sus peripecias, en la película "La última Cruzada", en la búsqueda del Santo Grial, o el mismo nazi Himmler que vino al Monasterio de Barcelona con el mismo objeto (los nazis eran muy dados a buscar objetos sagrados, por ejemplo, la lanza con la que Longinos atravesó el costado de Nuestro Señor y que, supuestamente, daría a su poseedor el poder del mundo). En realidad, el Cáliz Sagrado de la Última Cena se encuentra en Valencia, aunque los leoneses también reclaman tenerlo en San Isidoro, en la capital leonesa. 

Tras partir el pan, Jesús bendijo la copa de vino y la pasó a sus discípulos diciéndoles "Bebed de esta copa, porque esta es mi sangre, con la que se confirma la Alianza, sangre que es derramada en favor de muchos, para el perdón de sus pecados".

Pues ese venerado objeto puede verse, sin correr las atribuladas aventuras del personaje hollywoodense, acudiendo a la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora de Valencia. Un hermoso edificio, que mezcla el gótico valenciano, románico, barroco, neoclásico y gótico francés. La Sala Capitular, justo al lado de la capilla de San Sebastián, alberga tan preciada reliquia, que al principio pudiera despertar las sospechas sobre su procedencia, ya que se puede admirar un cáliz ricamente ornamentado con oro, piedras preciosas y perlas. ¿Nuestro Señor emplearía un objeto tan ca ro?. En realidad, esos adornos son posteriores, el cáliz original es la parte superior, una taza de ágata, que los arqueólogos consideran de origen oriental y fabricada entre los años 100 al 50 antes de Cristo.

Pero ¿cómo llegó el Santo Grial a Valencia?. Según la tradición, tras la Última Cena, San Pedro llevó el Cáliz a Roma. Allí fue custodiada por los papas, hasta que Sixto II y ante el peligro de las persecuciones a los cristianos en esa época, se la entregó para su custodia a su diácono San Lorenzo, natural de Huesca. 

Éste lo trasladó a su tierra natal y allí permaneció desde el siglo III hasta el 712, en que a causa de la invasión sarracena, se decide esconderlo en los Pirineos. De allí pasó al monasterio oscense  de San Juan de la Peña, como lo atestigua un documento del año 1.071. Luego la comunidad del monasterio lo dona en 1.399, al rey de Aragón Martín el Humano, quien lo deposita en el Palacio de la Aljafería, de Zaragoza. En 1.437, el rey aragonés Alfonso el Magnánimo, al tener que ausentarse por un tiempo, traslada el relicario real a la Catedral de Valencia, donde permanece hasta la fecha, siendo objeto de gran veneración

Fue visitada por San Juan XXIII, quien concedió indulgencia plenaria el día de su fiesta anual; por San Juan Pablo III, que celebró misa con el Santo Cáliz durante su visita a la capital levantina en 1.982, y por el Papa Benedicto XVI, quien también celebró la Eucaristía con él, durante el Encuentro Mundial de las Familias, en 2.006.

De modo que la visita a Valencia, que siempre es harto recomendable por mil motivos, éste es uno más, imprescindible, que no debe faltar.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Isabel la Católica en Washington

Cura húngaro perseguido por los soviéticos

El Cardenal Cisneros, reformador de la Iglesia en España