Consagración de Rusia, por el Papa Pío XXI, al Corazón Inmaculado de Maria
La guerra asolaba a Europa desde hacía dos años y medio cuando, en marzo de 1942, la hermana Lucía, una de las videntes de Nuestra Señora de Fátima, en Portugal, se sintió inspirada a dirigirse al Santo Padre para pedirle la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María. Lucía hizo partícipe de ello a su director espiritual, monseñor Ferreira: “La noche del 5 de marzo de 1942, Nuestro Señor pareció hacerme sentir más intensamente que se negaba a conceder la paz por los crímenes que ignoraban su justicia y también porque no se había obedecido a sus peticiones, especialmente la de la consagración al Inmaculado Corazón de María, aunque había movido el corazón de Su Santidad a cumplirla”. El Papa era consciente del deseo de una consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María, gracias a varias peticiones recibidas desde Portugal en 1936, 1938 y 1...