El Gobierno regional de las Vascongadas financia la exposición de la Fundación Leizaola, en dependencias municipales del Distrito bilbaino de Basurto, bajo el título de “Nunca más: violencia terrorista y abusos policiales”. Como siempre, el independentismo – nacionalismo vasco (es todo una misma cosa), mantiene la equidistancia y mantiene el “relato” de que hubo un conflicto entre dos partes “Euskalherría” y el Estado español. En ningún caso se cita a ETA, y los verdugos se presentan como víctimas, de la opresión a la que el Estado español somete al pueblo vasco: etarras muertos mientras manipulaban bombas, objeto de torturas por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, asesinados por los GAL, y hasta aquellos que se suicidaron en la cárceles. Según la exposición, esa opresión se desarrolló durante el franquismo, pero también al principio de la Democracia.
Isabel la Católica en Washington
Miles de turistas se acercan cada año a Washington para visitar sus monumentos más emblemáticos. Memoriales y estatuas erigidas en honor a personalidades como Abraham Lincoln o a los soldados caídos en las guerras de Corea o Vietnam. En la explanada del Capitolio, todos contemplan a un lado y otro del obelisco a Washington la monumentalidad de estas obras. A pocos pasos de allí y a escasos metros de la Casa Blanca, una figura de bronce honra la figura de Isabel I, reina de Castilla, cuyo papel en el devenir de la humanidad fue clave en la era moderna. Pocos en los Estados Unidos conocen realmente la figura de Isabel la Católica dentro de la historia del descubrimiento de América. La figura principal de aquellos hechos es Cristóbal Colón y, dado su supuesto origen italiano, muchos identifican el inicio del descubrimiento como una hazaña italiana. Pero la verdadera historia esconde el carácter visionario de una reina que, a diferencia del resto de monarcas reinantes en su tiempo a los
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