Hoy arranca al
21ª edición del Congreso “Católicos y Vida Pública”, organizado por la
Asociación Católica de Propagandistas, ACdP, y la Fundación San Pablo CEU, que
preside Alfonso Bullón de Mendoza. El Nuncio del Papa en España, el filipino
Bernardito Azuza, inaugurará el Congreso, que por primera vez y por la pandemia
será virtual, y que lleva por lema “En Defensa de la Vida”. Si el año pasado,
se centró en rebatir la Ley Celaa, que ahora se quiere aprobar con toda
urgencia, en plena epidemia, y sin hablar con el sector educativo, atacando a
la escuela concertada y especial y, para más inri, expulsando el español de la
enseñanza en regiones bilingües, ahora toca combatir otro paso del Gobierno
social comunista en su agendad de transformación de nuestra sociedad ajustada a
sus miras ideológicas.
La Asociación
Católica de Propagandistas, con sus Congresos, y sus modestos medios,
desgraciadamente con escaso eco mediático, trata de combatir el discurso que
nos intentan vender, dirigido a destruir nuestra civilización occidental,
empezando por uno de sus pilares fundamentales: la familia. No se trata sólo
del Gobierno español, sino de una estrategia perfectamente diseñada por el NOM,
Nuevo Orden Mundial, con el omnipresente multimillonario húngaro George Soros,
o el fundador de Facebook, entre otros, a la cabeza. Una estrategia claramente
marxista, pues ya los fundadores de esa criminal ideología, alentaron en su día
a la destrucción de la familia “tradicional” (siento usar este término, pues
familia sólo hay una), como primer paso para acabar con el capitalismo y la
sociedad burguesa.
Dentro de esa
estrategia, la cultura de la muerte que, tristemente, parece prevalecer en
nuestras sociedades, resulta fundamental. Una parte, diríase que mínima, de la
sociedad intenta oponerse a esa cultura, en particular al aborto, aunque con escaso
por no decir nulo respaldo de los partidos políticos (¿dónde queda esa denuncia
del Partido Popular al Tribunal Constitucional contra la Ley del Aborto, que
lleva nada menos que 10 años sin pronunciarse?). Ahora, socialistas y
comunistas quieren “avanzar” ampliando los supuestos derechos a matar a
inocentes en el vientre materno. Pero además y cuando hemos tenido que lamentar
miles de muertes por el Covid-19. Incluidos buen número de ancianos, sacan a
debate algo que no estaba en la preocupación de los españoles: la eutanasia. En
vez de invertir en mejorar los cuidados paliativos, aún muy deficientes en
nuestro país, prefieren seguir por la solución más fácil y barata, eliminar al
enfermo que sufre. Como siempre, los que se erigen en modelo de ética y de
moral, y de defensa de los más débiles, vuelven a mostrar su verdadero rostro
despiadado.
El Partido
Popular hace tiempo que dejó de dar la batalla de los valores, centrado en la
gestión económica, que sin duda es importante, pero que no debe obviar los
principios que deben regir una recta conciencia. Dentro del arco parlamentario
español, el único partido que parece oponerse a esa cultura de la muerte es
Vox, que naturalmente es la extrema derecha, por oponerse a la dictadura de lo
políticamente correcto que nos trata de imponer la izquierda, que hace tiempo
perdió definitivamente todo resto de humanidad que alguna vez pudo tener.
Igualmente son
extrema derecha, según las terminales mediáticas convenientemente financiadas
por los oscuros intereses alentados por el NOM, los gobiernos de Polonia, de
Dignidad y Justicia, y de Hungría, de Viktor Orban (“populistas” los llaman).
El de Polonia ha dispuesto nuevas medidas, aún más restrictivas que
prácticamente significan la abolición del aborto en el país eslavo. Las cifras
se habían reducido drásticamente, hasta apenas un centenar de abortos al año,
en casos extremos de riesgo para la madre. Los supuestos que había en la Ley
original española, aprobada por el primer gobierno socialista, el de Felipe
González (violación, riesgo para la madre…), pero que en la realidad, siempre
ha sido un auténtico coladero, que se salda con miles de inocentes cruelmente
asesinados todos los años en el vientre de sus madres. Y en Hungría van a
blindar ahora en la Constitución el derecho de todo niño a tener un padre
(varón) y una madre (mujer) , y a proteger a los niños de la ideología
totalitaria del lobby LGTBi. Ambos gobiernos acompañan estas reformas
legislativas en defensa de la vida, con medidas de apoyo a la familia, para revertir
el invierno demográfico, que se están traduciendo en positivos resultados,
todavía modestos pero alentadores (qué envidia!, cuando apostarán los partidos
españoles por medidas similares? Recuerdan la apuesta por la inmigración que
nos iba a salvar de la caída demográfica de la pirámide?, pues no, no fue la
panacea, todo lo contrario). Esas políticas, como siempre, han sido respondidas
por la izquierda con violentas manifestaciones en las calles, ataques a
políticos de esos partidos “populistas” y, cómo no, ataques y profanaciones en
iglesias católicas.
Pero no hay
que arredrarse, es la hora de los valientes!. Y si no, recordemos la
advertencia de Nuestro Señor contra los tibios.
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