Contra la derecha todo vale

 La progresía mundial atacó inmisericordemente, desde un primer momento, a Donald Trump. La campaña mediática contra él ha sido bochornosa. Baste un ejemplo, veía el otro día el informativo en Tele Monde, el canal francés. Presentaban una imagen de Joe Biden, beatífica, al que sólo le faltaba la orla de santidad. Le contraponían otra de Trump, en tintes rojos (sí el color de los republicanos), pero era un rostro iracundo, como el del mismísimo demonio. 

A nadie parece escandalizarle que le hayan censurado en Twitter y Facebook, o que las grandes cadenas de televisión cortaran la emisión de su discurso el otro día. Yo creía que el periodismo es transmitir la noticia, susceptible, claro de editorializar y dar la opinión. Qué hubiera sucedido si el perjudicado hubiera sido Biden?. No quiero imaginar la que se hubiera formado. En ese mismo informativo de Tele Monde que comentaba, las portavoces en Francia del Partido Demócrata y el Republicano comentaban las elecciones. La primera interrumpía constantemente a la republicana, de forma airada, sin que el "moderador" pusiera orden.

En España pasa algo parecido. Los expendedores de carnets de demócratas tildan a Vox y a Santiago Abascal de ultra derecha y fascistas. Sí, ese Santiago Abascal al que de nuevo, como viene sucediendo desde hace más de cuatro décadas, le han atacado con impunidad el comercio familiar en su localidad natal de Amurrio (Álava), los de siempre, los proetarras, los sembradores de odio y responsables de casi mil muertos. Pocos medios se han hecho eco de ello.

Eso sí, esta vez, nuestro amado líder del PP se ha dignado condenarlo, después de que en sede parlamentaria tuviera el feo gesto de decir que los populares le habían pagado el sueldo a Abascal durante 15 años, olvidando que arriesgó su vida en su patria chica, las Vascongadas.

El relato es siempre el mismo, unos, la derecha, son los malos, demonios. Y en cambio, volviendo a EE.UU., los buenos son los marxistas del Black Lives Matter y Antifa, que se dedican a quemar comercios y los hogares de honrados ciudadanos. Por eso, la América profunda, esa que está harta ya de etiquetas y del victimismo sobre explotado de las minorías, votó a Trump, contra el establisment y esas élites progres de la Costa Este y la del Pacífico que les desprecian profundamente.

Trump hizo bandera de su "America great again", veremos si, a pesar de su pírrica victoria - suponiendo que no se termine dirimiendo en los tribunales-, los demócratas van a tener que seguir encarando al trumpismo.


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