Hace poco se
cumplía el 45 aniversario del fallecimiento del anterior Jefe del Estado,
efeméride que pasó sin pena ni gloria. Y sin embargo, transcurrido todo este
tiempo, todavía sorprende el odio visceral de quienes perdieron la Guerra
Civil. Baste una anécdota. El Presentador del programa de El Toro TV “España en
la Memoria”, Alfonso Arteseros, que le dedicó a Franco un especial el pasado
domingo, contaba cómo al parecer, el presentador Cristo Mejide, en la Cuatro,
bromeaba sobre en relación con los pantanos que construyó el Caudillo (gracias
a los cuales, se palió la necesidad de la España seca, ningún pantano
construido en el casi medio siglo que llevamos de “democracia”), que a Utrera
Molina, ministro de Franco, y al propio Arteseros deberían enterrarlos en
alguno de esos pantanos. Cuánta miseria moral!. Y yo me pregunto, ¿cuánto
tiempo debe pasar aún, para que la Historia pueda emitir un juicio ecuánime
sobre la figura del Caudillo, con sus luces y sus sombras, naturalmente, como
toda figura humana?.
Los tintes
negros ya se ocupan de sacarlos a relucir los enemigos de España, esa anti
España contra la que luchó el Caudillo. Pero, y sus luces?, no hizo nada
bueno?. Es curioso. Se conmemoraban también los 20 años del asesinato a manos
de los terroristas de ETA del que fuera Ministro de Sanidad en uno de los
gobiernos de Felipe González, el socialista Ernest Lluch, y pareciera según los
corifeos de los grandes medios audiovisuales generosamente regados con dinero
público de nuestros impuestos, que la Sanidad Pública la inventó él. No,
señores, la sanidad pública, de acceso libre y gratuita se la debemos a
Francisco Franco, como otras muchas cosas (las pagas extras y un sinfín de
realizaciones que nadie valora y que parece que aparecieron de la nada).
Franco fue un
dictador, nadie lo duda, pero dentro de las dictaduras, hay categorías, y lo
que nadie puede negarle es que salvó a España de convertirse en un satélite de
la comunista URSS, así como a la Iglesia Católica de su exterminio por el
Frente Popular, y que dejó una sociedad próspera y una gran clase media, que
permitió que saliera adelante una Transición pacífica ejemplar, esa que ahora
tratan de destruir los social comunistas que nos gobiernan, levantando viejos
odios y rencores que habían quedado enterrados hace tiempo, con un espíritu de
reconciliación.
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