Seguirá el trumpismo?

 Parece que la elección del futuro Presidente de los EE.UU. se encuentra en el fiel de la balanza. Pese al apoyo mayoritario de los medios y del establishment al candidato demócrata Joe Biden y consecuentemente el pronóstico favorable de casi todas las encuestas, el republicano Donald Trump podría volver a sorprender, rompiendo todos los esquemas. El singular personaje que ha ocupado la Casa Blanca los últimos cuatro años parece conectar con el americano medio mejor que esas élites de Washinton, incluida buena parte de los grandes medios de comunicación tipo el New York Times, que le desprecia y que está siempre alejada de la América profunda.

 Pese a su histrionismo y esas formas que a menudo le pierden, Trump ha hecho bandera del “America great again”, y parece que le ha funcionado. Pese a la propaganda inmisericorde de la progresía mundial que le han demonizado, la realidad de su gestión es incontestable: récord histórico en generación de empleo, pese a la pandemia e incluso dentro de los estándares estadounidenses; subida generalizada de los salarios, particularmente de las clases más desfavorecidas; importantes bajadas de impuestos y una acertada política de incentivos fiscales; proteccionismo a la industria de su país; primer presidente en más de un siglo que no ha emprendido ninguna guerra; apoyo a los tres acuerdos históricos alcanzados por Israel con tres países árabes; firme defensa de la vida, de la libertad religiosa en todo el mundo; plante ante el régimen tiránico comunista de China, y cuestión nada baladí, en el Tribunal Supremo ha revertido el dominio durante décadas de jueces progresistas a un perfil conservador, en una proporción de 6 a 3. Y digo que no es baladí porque esos jueces mayoritariamente conservadores pueden retomar cuestiones como el aborto, vigente desde la sentencia Roe vs Wade de 1.973 de manera incontestable y darle la vuelta.

 Cuestión no menor es la violencia que se ha apoderado del país, impulsada por el movimiento marxista Black Lives Matter, que ha incendiado el país, con la aquiescencia o silencio cómplice de los demócratas. Curiosamente algunos de los excesos policiales que dieron pie a esa violencia tuvieron lugar en ciudades gobernadas por demócratas. Frente a dicho movimiento y a los Antifa, Trump ha defendido sin medias tintas a las fuerzas de seguridad, y la propiedad de los hogares y comercios asaltados por esta suerte de guerrilla urbana, perfectamente preparada y financiada.

 Trump está corriendo la misma suerte que en su día sufrió Ronald Reagan, ridiculizado como actor mediocre – que sin duda lo fue-, y político de medio pelo, pero que curiosamente contribuyó decisivamente junto con el Papa San Juan Pablo II  a la implosión de la URSS y a la caída de esa tiranía comunista.

 Critican los “analistas” la denuncia de Trump sobre el intento de pucherazo de los demócratas, pero que es real. No sería la primera vez, el Partido Demócrata, por ejemplo, hizo toda suerte de trampas para aupar a la Presidencia a Kennedy. Pero es que además, el voto por correo en EE.UU., que parece que en esta ocasión ha aumentado de forma importante, por su falta de garantías es susceptible de toda clase de fraudes.

 Nada de lo que pase en EE.UU. le es ajeno al resto del mundo. La posibilidad de que el trumpismo continúe otra legislatura, puede influir en que cambie la tendencia mundial de la política bienpensante y políticamente correcta en tantas cuestiones que atañen a nuestra forma de vida, aunque es dudoso que en el Viejo Continente, acomodados en nuestro dolce farniente, nos sumáramos a esa tendencia.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Isabel la Católica en Washington

El Cardenal Cisneros, reformador de la Iglesia en España

El Escorial, escogido por Felipe II como sede de la Ciencia