Tambores de guerra en Etiopía
Tambores de guerra vuelven a sonar en la antigua Abisinia, tierra atribulada y asolada desde hace décadas por conflictos de distinta índole y, para más inri, dominada desde hace tiempo por una cruel dictadura comunista. Así es, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2019, ha hecho bombardear con aviones la capital de Tigray, la región norteña de etnia tigré. Además, con el apoyo del Parlamento, ha retirado toda autoridad al gobierno regional de Tigray y ha anunciado una ofensiva militar. El 4 de noviembre, el gobierno etíope declaró el estado de emergencia en Tigray.
Los
tigré han sido la mayor parte del ejército etíope durante décadas y, de hecho,
gobernaron todo el país más de 2 décadas hasta 2018. Veteranos de décadas de
guerra contra Eritrea, los tigré pueden intentar asaltar la capital, Addis
Abeba, para tomar el control (lo que llevaría a una guerra civil en todo
el país) o atrincherarse en su región (una guerra civil larga en un
territorio grande) o bien ocupar posiciones en Eritrea, donde ya tienen territorios
eritreos que la ONU pide devolver (llevando la guerra a Eritrea, una dictadura
comunista militarizada). Sudán, otro vecino pobre e inestable, podría
quedar también implicado.
Apartado
del poder en 2018, el TPLF ha visto en las reformas acometidas por Abiy, en
particular las relativas a abusos de Derechos Humanos y de reconciliación con
grupos armados entre otros, como una caza de brujas contra sus dirigentes, que
se vieron en muchos casos apartados de los cargos que ocupaban. La ruptura
definitiva la marcó la creación del Partido de la Prosperidad, a finales del
2019, por parte de Abiy, al margen de sus antiguos aliados.
Los católicos son
pocos en Etiopía (un 0,8% en todo el país, un 0,4% en Tigray) pero la
Iglesia Católica es influyente por su trabajo educativo, solidario y su
capacidad diplomática. Los obispos católicos instaron a las partes a
resolver sus diferencias de manera amistosa. Pero a pesar de los esfuerzos de
los líderes religiosos, ancianos y otras partes interesadas para desactivar el
conflicto en curso entre la República Democrática Federal de Etiopía y el
estado regional de Tigris, las tensiones se han intensificado. También hay
matanzas causadas por bandidos armados en otra región, en Metekel, en la zona
de Benishangul-Gumuz en el oeste de Etiopía, en la frontera con Sudán, donde
mucha gente deja sus hogares huyendo de estos asaltos muy violentos. Y en años
recientes hubo terroristas islamistas llegados desde Somalia, atacando iglesias
en la frontera oriental.
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