Gibraltar, español!

 Parece que se ha alcanzado, in extremis, un acuerdo entre la UE y el Reino Unido, para evitar un Brexit duro, no así en el caso de Gibraltar, gracias a la ineptitud de un Gobierno español que sólo vive para la propaganda. Los principales perjudicados van a ser los miles de españoles que viven de las migajas de la última colonia en Europa. Seguro que los llanitos, respaldados por la potencia colonizadora -en teoría aliada de España- sabrán sortear las dificultades, como lo han sabido hacer, de hecho, a lo largo de los tres siglos que dura ya esta ignominia.

Así es, en la Guerra de Sucesión a la Corona española, el Almirante inglés Rooke, luchando por el bando del pretendiente al trono, el Archiduque Carlos, en un golpe de mano, se hizo con el Peñón de Gibraltar, tomándolo no en nombre del pretendiente, sino de la Reina de Inglaterra. Procedió a expulsar a la población española - cuyos intereses nunca han importado a nadie-, que tuvieron que salir con lo puesto.

A lo largo de estos trescientos años, España ha intentado infructuosamente recuperar lo que era suyo. Bien es cierto, que según el Tratado de Utrecht, España renunciaba al Peñón, pero en el caso de que Reino Unido renunciara a él, revertería a España, en ningún caso se contemplaba que pudiera ser independiente. Hubo varios intentos de recuperar, sin éxito, el Peñón por las armas (como el caso de las baterías flotantes de Barceló, que resultó un fiasco). Los incumplimientos del Tratado por parte del Reino Unido han sido y son flagrantes, frente a la indolencia de España. Entre otras cosas, ocuparon el istmo para construir el aeródromo, a principios del siglo XX, en unos terrenos que no estaban contemplados en el tratado, que sólo cedía estrictamente el término de Gibraltar, en  ningún caso las aguas que circundan el puerto. Con motivo de una epidemia, España dejó esos terrenos para que los ingleses pudieran construir un hospital de campaña. Naturalmente aprovecharon para apropiarse esos terrenos y para hacer efectivo su nuevo robo, construyeron la verja.

En cuanto a las aguas, que son de soberanía española, las patrulleras de la Royal Navy acosan constantemente a nuestros pesqueros, absolutamente indefensos frente a tal atropello.

La relación de abusos de los ingleses, en su mejor tradición de auténticos piratas, resultaría demasiado prolija. La economía gibraltareña se basa en  el blanqueo de capitales, el juego y apuestas on line, contrabando.... y todo ello con una mano de obra española barata, ya que los sucesivos gobiernos españoles no se plantean invertir en la zona española adyacente, el Campo de Gibraltar,  y fomentar la creación de una infraestructura industrial que evite el tener que hacer depender la economía española de la zona del trabajo que les da Gibraltar a los trabajadores españoles.

La línea correcta para acabar con la colonia o, cuando menos, para que a Inglaterra no le salga gratis mantener su colonia, es la que aplicó Franco con su Ministro de Exteriores, José María Castiella: el cierre de la verja que levantaron los propios ingleses. Un cierre que se haría extensivo al corte de suministro de luz, agua, víveres... cierre del espacio aéreo con destino a la colonia, uso de las aguas territoriales por parte de los españoles como les corresponde legalmente, acoso al blanqueo de capitales y, por supuesto, al contrabando, etc.


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