Tumbas de los Padres del Desierto encontradas en Egipto
Los solitarios Padres del desierto, que buscaban en la calma del desierto el mejor medio para acercarse a Dios, eran unas figuras fascinantes. Estos hombres de la Antigüedad, auténticos ermitas, atraían a discípulos alrededor de ellos hasta formar a veces verdaderas comunidades monásticas. Las primeras de la cristiandad. En su forma institucionalizada, la práctica encuentra su origen en Egipto en el siglo IV, época en la que muchos cristianos se sintieron atraídos por los desiertos interminables.
Descubrimientos cristianos
Aunque es difícil imaginar su vida monacal, las excavaciones arqueológicas realizadas en Tal Ganoub Qasr Al-Ajouzen, en Egipto —citado en las fuentes antiguas— permiten suponerla. Y de hecho, una misión arqueológica franconoruega, en activo desde 2020, ha encontrado varios edificios cristianos que se remontarían al siglo IV. Una datación concluida a través de análisis de carbono, por muchos indicios, como fragmentos de cerámica, de vidrios y también algunas monedas encontradas en el lugar. Si esta datación resultara exacta, los vestigios encontrados harían de este lugar monástico cristiano el más antiguo de Egipto, pero también del mundo.
Comunidades monacales
¿Los célebres Padres del desierto habrían habitado en estas celdas? Lo ignoramos, pero nada nos impide imaginarlo. El líder de la misión, Victor Ghica, valora que este descubrimiento permite comprender mejor “la disposición de las construcciones y la formación de las primeras comunidades monacales” en esta región egipcia.
Entre los Padres del desierto más famosos que han marcado la historia están Atanasio de Alejandría, auténtico “Faro de Oriente” para los coptos ortodoxos y ferviente defensor de la divinidad de Jesús. Gregorio de Nacianzo, gran teólogo, cuyas reliquias, presentes en Roma desde el siglo VIII, fueron restituidas en 2004 por el papa Juan Pablo II al patriarca Bartolomé I de Constantinopla como señal de reconciliación entre católicos y ortodoxos.
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