Juan Latino, esclavo liberado, llegó a Catedrático de Latín en la Universidad de Granada en 1573 (En USA hasta el siglo XX, los negros no pudieron estudiar)
Juan Latino era esclavo, otro día hablaremos de la esclavitud muy corriente y mundial hasta hace poco, de la Familia Gonzalo de Córdoba y acompañaba a Gonzalo a la Universidad, sentándose en el pasillo.
Uno de
los días en los que asistía a las clases desde el pasillo, se acercó a él
don Pedro de la Mota, profesor, catedrático en aquella Universidad. Hacía
ya un tiempo que lo venía observando y quiso conocer a aquel muchacho que
demostraba tener más ganas de aprender que muchos de los que estaban sentados
en el aula.
Hablaron
durante varios días y don Pedro decidió encargarse personalmente de formar al
muchacho, con el apoyo del catedrático de más prestigio de la Universidad y,
por mediación de éste, con el regidor de la institución docente, el arzobispo
de Granada, Pedro Guerrero.
De esta
forma, Juan Latino se convirtió en profesor y años más tarde cuando su mentor
falleció, catedrático de Gramática y Lengua Latina de la Universidad de
Granada. Eso sí, antes del nombramiento Gonzalo le concedió la libertad.
Lógicamente,
para la ciudad era una gran pérdida e intentaron, en la medida de sus
posibilidades ya que se trataba del rey, que por lo menos los cuerpos de los
Reyes Católicos quedasen en la Capilla Real. Encargaron a Juan
Latino este cometido, tal era su fama y prestigio.
Y lo
consiguió, gracias a sus composiciones poéticas. Le
dedicó unos poemas a Felipe II en los que alababa a su persona, a su estirpe, a
sus familiares allí enterrados, y a continuación describía a Granada como la
madre que siempre acoge y protege a los suyos, la cual respira aliviada y
contenta cuando tiene a los suyos en su regazo. Y antes de terminar prometiendo
eterna lealtad a la corona, le suplicó que reconsiderase su decisión respecto a
sus bisabuelos, ya que ellos mismos habían dejado escrito que deseaban
descansar en la capital del antiguo Reino nazarí.
Dicho y
hecho. Felipe II ordenó trasladar los restos de su madre, su primera mujer y
sus dos hermanos Fernando y Juan, pero permitió que los Reyes Católicos se
quedasen en Granada. Así que se puede decir que Juan es el responsable de
que hoy en día los restos de los Reyes Católicos estén en la Capilla Real de
Granada.
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